Nuestro primer encuentro con Carles fue en abril de 2013, en una formación de la Casa Pikler. En él pudimos conocer a una persona atenta, curiosa e intersada. Un carpintero entre l@s profesionales de la pequeňa infancia que no solo amaba trabajar bien (con) la madera sino también quería cuidar bien a los bebés y a los niňos y niňas jóvenes. Los muebles que Carles Aparicio creó ofrecen la libertad de movimiento y seguridad al mismo tiempo; manifiestan la confianza en las capacidades de los niňos y niňas sin olvidar su protección. Fue un miembro generoso, enérgico y creativo del grupo de trabajo Pikler Woodworks. La enfermedad no no le dejó seguir construyendo la Escuela Amable. Hemos perdido a un amigo con terrible precocidad. Guardamos su memoria.